martes, 24 de junio de 2008

Comité de Misa (Megui)

De Megui: El 29 de julio es fecha de Santa Marta. El calendario litúrgico indica para ese día el evangelio de San Lucas 10,38-42 o el de San Juan 11,19-27.
San Juan 11,19-27:La resurrección de Lázaro
11:19 Muchos judíos habían ido a consolar a Marta y a María, por la muerte de su hermano.
11:20 Al enterarse de que Jesús llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras María permanecía en la casa.
11:21 Marta dijo a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
11:22 Pero yo sé que aun ahora, Dios te concederá todo lo que le pidas".
11:23 Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará".
11:24 Marta le respondió: "Sé que resucitará en la resurrección del último día".
11:25 Jesús le dijo: "Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá;
11:26 y todo el que vive y cree en mí,no morirá jamás. ¿Crees esto?"
11:27 Ella le respondió: "Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo".

San Lucas 10,38-42: El encuentro de Jesús con Marta y María
10:38 Mientras iban caminando, Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa.
10:39 Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra.
10:40 Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude".
10:41 Pero el Señor le respondió: "Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas.
10:42 Sin embargo, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada".

Las dos en mi opinión, son muy lindas. La de Lucas, bien comprensible, llegadora... La de Juan más teológica. Personalmente, me gusta más la de Juan, porque introduce el tema medular de la fe, que es la Resurrección. Y, escuchar las palabras de Cristo sobre la resurrección y la vida… Perdónenme compañeritas, pero me estoy enganchando con el tema, me hace bien repensarlo y me gustaría compartirlo con ustedes.

San Pablo dice “Si no resucitó Cristo, vana es nuestra fe” (1 Corintios 15,14). La resurrección confirma todo lo que Jesús dijo e hizo, y da prueba de su autoridad divina. La resurrección de Cristo es la victoria absoluta y definitiva del amor sobre la muerte. Por la resurrección sabemos que resucitaremos un día con El. Y, por la resurrección, podemos vivir en este mundo de otra manera, porque sabemos que derrota a la muerte en su sentido amplio, es decir, la muerte física y la que produce el pecado, el mal.

El amor, el bien, la justicia, pese a lo que pese, pase lo que pase, a partir de Cristo resucitado, triunfa. Es el núcleo de la esperanza teologal. En los últimos años tuve la suerte de conocer algunas personas (no muchas, por supuesto) de mucha fe, que se advierte en ellas la obra de Cristo resucitado. Son persona que viven asumiendo la realidad tal cual es, con sus tremendos males (y también su belleza) de pronto en contacto directo con situaciones de pobreza, pecado, enfermedad, miseria, muy duras, pero uno las mira, y se les nota la fe en el Resucitado.

En qué se les nota?

En el brillo de los ojos, que más que brillo es luz. En que tienen una alegría honda y permanente (pese a los pesares). Una vitalidad incansable. Un darse siempre. Transmiten paz y amor, pase lo que pase.

Como historia de dolor de muchos años, tengo una conocida que de joven se realizó un aborto y vivió años llevando esa pesada carga . No hubo, ni hay terapia que pudiera con eso. Solo cuando se entregó a Cristo Resucitado, encontró la paz.

La resurrección de Cristo todo lo puede. Todo sana, todo salva.

Desde hace algunos años, en lo personal, me significa mucho, la imagen del Pantocrator (el ícono bizantino de Cristo como el que está en la parroquia Stella Maris). Me hace bien esa imagen que me muestra a Cristo, quien después de darnos la prueba más grande de amor muriendo en la cruz, subió a los cielos y está representado por la imagen, sentado a la derecha del Padre, entronizado, en toda su gloria. Es la representación del triunfo del amor sobre la muerte.

Bueno, antes de que se harten de esta masa, les paso una anécdota: Resulta que un día el arzobispo de Uruguay fue a visitar al Papa.

Hincado frente él le decía: Santo Padre, no sabe que terrible es trabajar en mi país, un país tremendamente ateo, que no quiere saber nada de Dios...
El Papa le contestaba, repitiendo algo bajito…
El Arzobispo seguía: Es terrible, no tenemos vocaciones, los jóvenes no quieren ser sacerdotes…
El Papa le contestaba repitiendo algo bajito…
El Arzobispo seguía: Las Iglesias están vacías, hay pobreza, miseria.
El Papa le contestaba repitiendo algo bajito...
Hasta que el Arzobispo le dijo: Santo Padre, ¿qué me ha estado diciendo?
Y el Papa repitió fuerte: Cristo resucitó, Cristo resucitó, Cristo resucitó,

Un beso a todas
Megui

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